“Vamos al P. Rivadavia así conoces un poco más la ciudad”, me decía Esteban donde luego paso a explicarme como llegar a la estación Acoyte.
Cuando llegue a la línea A de subte me asombre al ver lo “retro” que era, con esa luz amarillenta y antiguos asientos que desconozco la fecha… el viaje fue tranquilo, excluyendo los micro-cortes de luz que sucedían en algún que otro tramo del viaje.

Lo más gracioso de este viaje fue cuando estaba cerca de la puerta para bajar, ya que se aproximaba la estación… leía el aviso que decía “Las puertas se abren manualmente cuando el tren este detenido”… imagine que era en casos de emergencias o algo así… por esa razón cuando frenó, me quede esperando… mire atrás y la gente no entendía nada… jaja, por suerte reaccione rápido y no demoré en abrir las puertas “manualmente” como decía la etiqueta… en fin… y quieren poner el tren bala… por favor.

El paseo por la plaza me trajo muchos recuerdos, entre los cartuchos del gameboy, sega, super nintentendo, comics de súper héroes, revistas y libros… entre otras cosas.

Me compre tres libros… “El libro de los cinco anillos” de Miyamoto Musashi que parece interesante, otro recomendado por una persona que me cae/caía mal… “El lobo estepario” de Hermann Hesse (que pinta interesante) y por último “El túnel” que lo compre y acá va mencionado nuevamente “Jhonny Pienso” por que me habla mucho de Ernesto Sabato. Lo curioso es que “El túnel” es sumamente atrapante… me gustaron mucho las primeras hojas que no veo la hora de poder continuar la lectura.